Javier y yo caminábamos juntos por Avenida Santa Fe, pasando por la estación Palermo del Ferrocarril San Martín. Era de día, hacía mucho frío y todo se veía muy blanco porque estaba nublado.
Javier me dijo: “Ahora que hace tanto frío me acordé del frío que hacía en Nueva York cuando fui. Nevaba y nunca había sentido tanto frío en mi vida.”
Su cara muy seria me hizo pensar que no le había gustado ese frío. Le pregunté, un poco triste: “Entonces no quisieras venir conmigo a Nueva York, no?”.
Él respondió que sí, porque ese clima gélido era su favorito. Y me besó.
Y nos abrazamos sentados en un banco en la calle, mientras mirábamos cómo Palermo se transformaba en Central Park.
No comments:
Post a Comment