2/1/11

Biblioteca en el cielo

Ascendí al cielo y llegué a una biblioteca. Tiene forma de octaedro, no particularmente ancho, pero su altura hacia arriba es infinita, tal como si fuera una torre.
El bibliotecario me dice que hay un libro escrito para mi, que tiene once páginas, pero que sólo me es permitido leer la primera ahora. Me explica que cada página es un capítulo.
La primer página se llama: "Las afirmaciones del hombre sobre lo Uno".
Tiene tres reglas que debo memorizar.

1. Jamás afirmar nada en demérito de uno de los tres reinos (animal, vegetal, mineral) sobre cualquiera de los otros; y especialmente no incluirme a mi mismo en un reino más que en los otros.

2. Jamás afirmar nada en demérito de cualquier idea filosófica o religiosa en demérito de cualquier otra; y especialmente no incluirme a mi mismo en una más que en las otras.

3. Jamás afirmar nada en demérito de cualquier grupo humano en función de nacionalidades, sexos, religiones, razas en demérito de cualquier otro; y especialmente no incluirme a mi mismo en uno más que en los otros.

Finalmente hay una última frase que resume lo anterior: "Todo proviene del Uno, por diversificación del Uno. Todo retorna al Uno, por reintegración del Uno".

Tras leer la primer página muchas veces el bibliotecario me dice que habiendo leído la primera página tengo que devolver el libro por ahora, pero que debo hacerlo en el escritorio. Sólo estamos ahí él y yo. Al devolverlo me dice que tiene que sellarme con el sello de lo Uno. Pone su mano en mi frente y me dice que ya estoy sellado y que debo actuar en consecuencia de lo leído, que una vez que lo haga podré leer la segunda página.

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