3/1/11

La profesora F me entrega un examen (o yo se lo doy, no sé, pero de cualquier forma me lo acaba de corregir). Estamos frente a frente en un escritorio viejo, de madera. Todo el sueño es en colores oscuros. A mí me da verguenza porque el examen está todo roto en pedacitos, y, pienso, "piojoso". No tiene nota pero está aprobado. F. me dice que estaba bien que tenía errores por estar nerviosa, que le dio gracia que hablara del "verbo ‘matemáticas’" (los errores son de este tipo, de sustituir una palabra por otra).
También en el mismo lugar pero con más luz y el escritorio orientado hacia la derecha. Al lado mío está una compañera de la facultad, Fl, también con su exámen. Ella no aprobó, me dice que escribió mucho en la primera pregunta y por eso no tuvo tiempo para las otras, que la primera le gustó, que ahí se sacó 7000 puntos.

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