1/23/08

Lucido, no lucido

En el comienzo de un sueño lucido, casi recurrente podría aclarar debido a la semántica repetida de acciones que me doy el gusto de realizar. Como uno hace en los sueños esas cosas que son físicamente imposibles en la realidad; volar, saltar desde altos techos, espiar a alguien ( ¿como placer por lo prohibido, como perversión sin limitación legal, o acaso moral?), etc. Sucede que pierdo el control rápidamente de la situación, y si ahora lo analizo seguramente haya sido por entrar en R.E.M. o M.O.R., de todas formas se convirtió de lucido a un sórdido y aburrido, temerario pero sin convertirse en pesadilla, pero banal y simple sueño en tercera persona.

Unas personas murmurando a mi lado con caras que no pude escrutar, conversaciones que no llegaba a escuchar y hasta creo que gestos que no discerní, de esta manera debo decir que era cuasi lucido, porque no tengo otra manera de explicar ese absoluto desinterés por los entes que me rodeaban.

Pero así nuevamente pude retomar el control. Comencé a “jugar” con estos sujetos desconocidos: un extraño poder de omnipotencia surgía en mí y sabía que nadie lo notaba. Los desafiaba a hacer las cosas que quisiera, como quitarse la ropa y ambular por la calle, asimismo tenia el “poder” de hacer y deshacer, de trasladarme de un escenario a otros cualesquiera, de enfrentar peligros inenarrables, quizá absurdos, pero de esos a los que uno teme de verdad, pudiendo en el momento que quisiera desvanecer todo y reaparecer en una isla lejana caminando sobre el agua.

Al corto paso del tiempo fui aburriéndome de estas hazañas entonces decidí conversar con alguien que estuviera cerca. Desde lo alto descendí sobre la arena para charlar con un “ente” (es imperativo recalcar que desde el comienzo del sueño no pude ver ningún rostro claramente, ni escuché ninguna voz que pudiera distinguir) .

- ¿Quién sos? - Preguntó con sorpresa y prepotencia.

- ¡¡Vos quien sos!! - Retruqué - Este es mi sueño.

Sostuvimos un largo y fascinante dialogo, y poco a poco fuimos desmarañando esa inextricable idea de conversar entre un soñador y un sujeto creado por el soñador.

- ¿Cuántos años tenes? ¿De donde sos? ¿En que estas pensando? – Expulsé sin pausa entre palabras como queriendo confundirlo. Una serie de preguntas incongruentes, pero con el fin de respondérmelas yo mismo, sin que el otro hablase.

Solo hubo silencio y su imagen se hacia cada vez mas borrosa, como si estuviera por desaparecer.

- ¿Cómo puede ser que no sepa tus respuestas, que no sepa quien o que sos, que no lea tus pensamientos siendo vos un evento de mi propia mente, un invento de mi propio sueño? – Insistí con exuberante ansiedad.

Y finalmente toda su figura se desvaneció, se fugó.

Desperté.

No comments:

Post a Comment