2/5/08

Mutaciones del terreno

Uno de esos sueños en los que todo lo que no estas mirando directamente cambia a cada segundo.

Empezó en algún momento con Oscar (ex compañero del secundario, amigo of the life) y yo, paseando en bicicleta por ahí... de día, quizás por los parques de Palermo.

Se hace de noche y acampamos con mi hermano que ya tiene las carpas puestas, dos carpas grandes y naranjas, como esas de todos los campamentos de primaria. Dejamos las bicis por ahí, y nos sentamos a charlar en el piso.

De repente ya hacia 3 días que veníamos acampando en lugares, y ya no estamos más en Kansas, Toto.

Digo... Palermo. Ya no estamos más en Palermo sino en algún campo raro de recuerdos lejanos junto a un alambrado viejo y oxidado.

Es el medio de la noche, pero todo se ve como si estuviera amaneciendo. Aun cansado por los 3 días de bicicleteada, Oscar saca una bolsita con hierbas fumables (lo que es muy raro por que fumó pocas veces y no compró nunca) a mí me sorprende un montón. Hacemos unas bromas y armamos uno.

Ahora junto al alambrado hay un camino de madera. Es como si fuera de esos "caminitos" que hacen en los balnearios para no quemarte los pies con la arena al mediodía. Pero la madera es oscura y esta podrida, es como si estuviera todo hecho de durmientes que no aguantaron el paso del tiempo o pasaron muchísimo...

OVIAMENE seguimos el camino de madera. Por momentos es algunas tablas en el piso, por otros unos puentecitos que apenas se levantan sobre la tierra. La mayor parte de los durmientes está roto o a punto de romperse. La vegetación a nuestro alrededor va aumentando en tamaño y espesor a medida que avanzamos.

En algún momento Oscar desaparece y yo estoy caminando con mis viejos atrás.

En otro momento entramos a una casa chiquita y abandonada.

El camino de madera es ahora una escalera que baja, sigue igual de viejo, oscuro y roto.

Resulta que estamos bajando a ver que hay en algún sótano que existe abajo del sótano de nuestra casa.

Recién descubrimos el camino que llevaba hacia él y lo estamos explorando para luego "colonizarlo" (limpiándolo y arreglando cosas) para que forme parte de nuestra casa.

Mi viejo está en el piso de abajo y yo estoy ayudando a mi vieja a bajar. Todo se sigue pareciendo a una casa abandonada hace años. Todo lleno de polvo, las ventanas tanto que no se ve a través de ellas.

Del lado derecho de la escalera (que después vuelve a modalidad camino y se adentra más en la casa) hay un cuarto con una puerta pesada y por suerte bien cerrada (aunque a la vez igual de vieja que todo lo demás e incapaz de sobrevivir a un buen empujón.) Pasando la puerta hay una ventanita muy chiquita que da a este cuarto. Rectangular, del tamaño de una mano abierta.

Del lado izquierdo hay un livingcito, que en vez de seguir hacia adelante sigue hacia atrás.

Sigo teniendo la noción de que es de noche, pero ahora la luz del día ya esta entrando por algún lado. Debe ser la primera vez que sueño con un lugar de noche donde las cosas no se iluminan a si mismas y el polvo le da a todo un aspecto muy real.

Mirando justo desde el punto desde el que llegué a este lugar veo a mi derecha la puerta, la pared y la ventanita. Directo hacia adelante tengo el camino que continua hacia un pasillo muy, muy oscuro. Hacia adelante a la izquierda hay una pared que alguna vez fue color crema con una mesita de madera oscura cubierta completamente de polvo. Más a la izquierda hay otra pared con una puerta y una ventana grandes de metal que dan a un patiecito por donde esta entrando dificultosamente la tenue luz de la mañana (sí, en el sótano.) Hacia atrás y por mi izquierda hay oscuridad casi palpable y la noción de que el sótano continúa. Esta imagen y este lugar fueron los que más grabados me quedaron.

Mis viejos están atrás mío. Escuchamos voces, como muchísima gente todos hablando bajito. Nos miramos, tenemos miedo. Las voces vienen de la derecha. Me acerco a la ventanita, la abro y asomo un poco la mitad de la cara.

Carajo. Carajo, carajo y re-contra carajo. Muchísima gente. El cuarto es enorme, esa parte esta limpia y hay muchísima gente, todos sentados, mirando hacia la derecha desde la ventana (o sea hacia atrás si sigo el orden de las cosas que estaba describiendo antes). Tienen sillitas de plástico o maderita chota (pero que no esta podrida) y hay alguien dando una especie de misa. La putísima madre!! Mierda! Un culto ocupó mi sótano!

No se lo tengo que decir a mis viejos, ya lo sabemos todos, estamos muy preocupados y no sabemos que hacer. Por lo pronto vamos a volver a subir despacio y cerrar la puerta y no dejar que entren a nuestra casa. Hay que tener mucho cuidado con los cultistas, son unos fanáticos que están todos locos.

Empezamos a subir, Me despierto.

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