6/26/10

Fósforos y gasolina

Salía de la facultad, era de noche. En la entrada, una mujer de baja estatura, pelo negro y corto se rociaba con gasolina. Los que salíamos la mirábamos extrañados. Acto seguido, la mujer saca una caja de fósforos y dice en voz alta: "Fósforos y gasolina", como mostrándolos. Encendía uno, todos salíamos corriendo. Cuando me encontraba lo suficientemente lejos como para considerarme “segura” del fuego, la miraba entre unas ligustrinas y "Ay, ay, ay" lloraba muy angustiosamente la mujer mientras el fuego le subía por la pierna izquierda.

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