6/25/10

Mudanza inesperada y luna llena

Estaba haciendo una gira o una residencia por Montevideo –aunque había más colores en la ciudad y una gran playa. Durante el día me reunía con músicos y artistas para armar proyectos. Vivía transitoriamente en la habitación de la casa de dos gays que eran pareja: uno de ellos pasaba ampliamente los treinta años y era musculoso, grandote, barbudo y extrovertido; el otro tenía veinte años, era flaco, muy blanco, lampiño y delicado, y le gustaba leer y escribir poesía.

La habitación era igual a mi habitación cuando era chica: la misma cama en litera, los mismos acolchados y sábanas, la misma disposición de muebles, la misma lámpara de globo.

A medida que pasaban los días me iba dando cuenta de que el más viejo de los dos estaba un poco loco y maltrataba al más joven, del cual me estaba haciendo amiga.

De a poco, comencé a hablar con mi nuevo amigo para que tuviera cuidado del más viejo.

Un día me desperté y el hombre musculoso estaba totalmente desnudo, saltando sobre mi cama y gritando. Cuando me vio despierta tomó su miembro e hizo pis sobre mi cara mientras saltaba. Luego me abrazó y me dijo “ahora que estás cubierta de pis estoy enamorado de vos”.

El joven vio toda la escena. Él y yo estábamos enojados y cansados de la conducta del hombre. Decidimos buscar otro lugar donde vivir e irnos juntos.

Mientras hablábamos de eso, mi habitación y la suya se desprendieron del resto de la casa con un gran estruendo y comenzaron a deslizarse por la arena con nosotros adentro. Las habitaciones se desplazaron un buen rato, hasta que se detuvieron.

De repente, Laura estaba con nosotros, las habitaciones eran tres y la nueva casa era de mimbre y madera. Estaba muy muy cerca del mar. Tan cerca que, en un rato, creció la marea y una gran ola la depositó más atrás en la playa. Ya estaba, ese era el lugar definitivo.

Entraba frío por las ventanas y puertas, pero teníamos abrigo y estábamos contentos, así que no nos importaba. Contentos, salimos de la casa y miramos la luna llena. La luna se desprendió del cielo y se convirtió en papel; vino volando hacia nosotros y nosotros la atrapamos. La conservó Laura, porque era su cumpleaños, y la usamos como bandera para decorar la casa.

1 comment:

  1. “Ahora que estás cubierta de pis estoy enamorado de vos”, eso es genial.
    Qué bueno recordar diálogos y frases dichas en los sueños. Son como códigos surrealistas.

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