8/3/10

Sueño humedo con fantasmas


Me encuentro en una casa victoriana, en un día soleado muy bello. La casa tiene un parque gigante que la rodea y hay juguetes tirados por todos lados, bicicletas, pelotas de plástico, muñecas.
Doy un paseo por la casa y sus alrededores, nunca entro a la casa, solo recorro el patio.
Llego a un garage un poco oscuro, y en la puerta hay una chica muy blanca, semitransparente, de pelo corto con remera corta roja y pollera de jean.
Me acerco y ella corre, y empezamos a jugar como a la mancha, en el parque. En un momento la alcanzo y tomo de la mano. Ella me mira con sorpresa y me toma a mí con mucha fuerza y cuando me doy cuenta estamos en el garage, ella de espaldas a mí y bajandose la pollera lentamente, y seguido a esto yo me acerco y la abrazo por detras. Ella pone el rostro como enojada y empezamos a tener sexo de una manera un poco agresiva, ella siendo la más violenta.
Al terminar ella se aparta y me caigo al suelo frío, y ella desaparece.
Me levanto y sigo recorriendo la casa, siento como que soy un niño, y me subo al triciclo, sigo rondando la casa y el sol empieza a brillar muy fuerte, todo brilla. Y me encuentro con una chica rubia, sin rostro, de remera rayada azul, roja, blanca y amarilla que esta regando el pasto. Ella me moja y yo me acerco a ella para jugar con unos juguetes que estaban ahi. Ella se acerca y me acaricia, lo que hace que yo sorpresivamente eyacule inmediatamente.
Ella sonrie y se pone a jugar con unas muñecas y la manguera.
Me voy caminando y empieza a haber viento, llego a una parte de la casa con muchas hojas tiradas y ramas también.
Me siento en un tronco a observar el patio y el viento hace mucho ruido.
Se acerca de lejos una luz volando y toma forma de mujer con el pelo negro con un mechón blanco, unos jeans rotos y una remera negra y larga (Se trataba de una representación onírica de Franka Parrelo). Se me sube arriba mío y con la ropa puesta tenemos sexo el cual parecía ella disfrutar, pero yo sentía un calor muy fuerte y electricidad, a la vez que el ruido del viento era insoportable. Por fin acabo y quedo con una sensación agradable y relajante. Ella se recuesta en mi hombro y vuelve a salir el sol de a poco.

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